Si escuchamos ‘centro comercial’ o ‘grandes almacenes’, la imagen que nos viene a la cabeza es gente, ruido, tiendas, compras, rebajas, estrés, prisas, indecisión, regalos… A nadie se nos ocurría pensar en tranquilidad y relax. A nadie excepto a unos grandes almacenes, que han tenido la genial idea de crear en «La sala del silencio».
Una habitación aislada de todo ruido, silenciosa, tranquila; pensada para cerrar los ojos y desconectar por un momento del mundo antes de continuar con la rutina, para reflexionar, para desintoxicarse de ruidos y del mundo digital.
Para llegar a la habitación hay que quitarse el calzado y pasar por una zona oscura que da acceso a la habitación; una habitación totalmente forrada con paneles de fieltro en color limón e iluminada con unas suaves luces de LED que crear un ambiente muy acogedor.
Esta curiosa idea ha sido desarrollada por los almacenes Selfridges de Londres. Y se ha abierto al público el pasado día 10. Sin embargo, no se trata de un concepto nuevo, la idea data de mucho tiempo atrás, concretamente en 1909, cuando el fundador de la tienda Harry Gordon Selfridge, integró en la tienda un espacio similar con la intención de ofrecer a sus clientes la posibilidad de retirarse por unos instantes de la vorágine de los negocios.