Cada vez dependemos más del móvil y no porque hablemos mucho,no, porque los móviles de hoy en día hacen de todo, y son tantos los frentes que tenemos abiertos, que si el whastapp, facebook, twitter, además de los juegos (que parece que no, pero enganchan), y las miles de aplicaciones que tenemos a nuestra disposición que no es de extrañar que lo consultemos cada dos minutos y si salimos de casa sin el nos de un patatus y no dudemos ni un minuto en volver a cogerlo.
Si te identificas con esto puede que tengas nomofobia, que no es otra cosa que un miedo irracional a salir de casa sin el móvil (término que viene de la expresión inglesa no–mobile-phone phobia«).
Puede que al leerlo digamos que no es nuestro caso, que no dependemos para tanto del móvil, pero debemos tenerlo en cuenta y en el momento que empezamos a sentir los síntomas típicos de la ansiedad (inestabilidad, falta de concentración, agresividad) puede que nos estemos acercando.
Los más propensos a padecerlos suelen ser los adolescentes (entre 18 y 24 años) y entre estos más los universitarios y las mujeres.
La clave es aprender a controlarse e intentar desprenderse del móvil poco a poco (como cualquier adicción), separar los momentos dedicados a cada actividad, intentando, por ejemplo, si estamos comiendo, retirarlo de la mesa y guardarlo para no tener tentaciones. Y en los adolescentes establecer un horario para el uso de las tecnologías.
Si crees que este pudiera ser tu caso, lo mejor acudir a un psicólogo que podrá decirte con toda seguridad si lo padeces y ayudarte a atajarlo