Si en otra ocasión ya te hablamos sobre la anemia en los niños, en esta ocasión podemos decirte que hay algunas medidas que se pueden llevar a cabo para evitar la anemia tanto cuando se está embarazada como cuando el bebé ya ha nacido.
Cuando estás embarazada conviene tener una dieta rica en hierro durante el embarazo para que los depósitos de hierro de tu hijo o hija se llenen a unos niveles óptimos así como los tuyos propios.
A partir del sexto mes tienes que darle a tu hijo o hija ternera o pollo, cosa que no suele ser difícil cuando se le da bien picada o cortada en tiras muy finas. Lo normal es que el niño coma muy poca cantidad de este alimento pero con lo poco que come puede ser suficiente. También a partir de estos meses hay que evitar que tome más de 700 ml al día de leche adaptada y no sustituyas la leche materna o de fórmula por la de vaca antes de que haya cumplido el año de edad (los expertos consideran que es mejor mantener la leche materna durante los dos primeros años).
Con este tipo de medidas preventivas lo más normal es que no haya ningún problema y que tu hijo o hija no sufra en ningún caso de anemia salvo que tenga algún otro problema anexo que esté relacionado con el hierro y la asimilación del mismo por su cuerpo pero en principio no es lo habitual.